El plato semanal más solicitado:

26 mayo 2010

Empanada de bonito en escabeche



Las empanadas de bonito y de atún son las más extendidas en la gastronomía popular, incluso hoy día proliferan en los hornos caseros la de bacalao y la de sardinas, enriquece la siempre personal de queso azul, la exótica de dátiles y bacon, y la de pisto, que nunca deja indiferente. De las costumbres y productos de cada lugar nos sorprenderán sus ingredientes y elaboración. La variedad de bonito en escabeche dota a la empanada de una fuerza que no le confiere las de atún en aceite y aunque normalmente se suelen elaborar con una masa gruesa, en esta ocasión me gusta hacerlo con hojaldre, cuya masa compraremos en cualquier supermercado.

Ingredientes: Masa de hojaldre, puerros, cebolla, pimientos del piquillo, bonito en escabeche, tomate natural triturado, huevo duro, huevo batido (para pintar la empanada), aceite virgen extra, azúcar, sal y pimienta.

Elaboración: Rehogamos en una sartén un puerro y una cebolla, mientras estiramos la masa de hojaldre procurando no dejarla demasiado fina y ponemos un par de huevos a cocer. Una vez pochada la verdura echamos el contenido de un bote de pimientos del piquillo, que previamente habremos troceado, se pueden cortar en julianas si se prefiere, incluso aprovecharemos parte del jugo donde han estado macerados. Cinco minutos después pondremos en la sartén el tomate natural triturado, podéis usar una lata en conserva de unos cuatrocientos gramos; con una pizca de azúcar contrarrestaremos la acidez, salpimentamos y dejamos reducir. Pasados unos once minutos apartamos los huevos, enfriamos y pelamos, cortándolos en trocos menudos y mezclamos con el bonito en escabeche (con cuatro latas pequeñas es suficiente). Extendemos las verduras sobre la base de la masa y a continuación el bonito y los huevos; cerramos la empanada, sellamos el contorno usando huevo batido, con el que pintaremos además la parte de arriba de la empanada una vez arañada con un cuchillo dibujando cuadrados en diagonal. El horno debe estar precalentado a 180 grados durante diez minutos, una vez introducida la empanada, esperar veinte minutos, apagad el horno y dejad que se siga haciendo durante otros diez. Y hecha está.

07 mayo 2010

Cazuela de espárragos trigueros a la vieja usanza


El tiempo ha pasado página sobre aquellos esparragueros que rifaban por los bares, a ristra de naipes, manojos de trigueros recién cogidos del monte, delgados, enhiestos, verdeados por la lluvia de la noche y el sol de la mañana, aireando sus yemas el intenso aroma agreste a sierra y ventisca. Hoy día, a lo sumo, confórmense con los trigueros cultivados con los que hay que tener, además de buen ojo para acertar, que sean los más frescos posible, en ello nos va el sabor, el aroma y, en definitiva, un plato para recordar. Ahora bien, si no tenemos la suerte de contar con una materia prima de la de entonces, hay que optar por lo seguro y para ello recurriremos a los espárragos verdes, que no son sino una versión cultivada del triguero, pero intensos en sabor y aroma, y con todas las propiedades en fibra, minerales y vitaminas. Si bien los espárragos verdes alcanzan su sabor genuino a la plancha, –usados muy a menudo como guarnición –preferentemente de pescados-, adquieren una intensidad sin igual si los preparamos en una cazuela esparragaos.

Ingredientes: Un manojo de espárragos verdes cultivados, ajos, pan, aceite de oliva extra, pimentón dulce, pimienta molida, cominos, vino blanco, sal, vinagre y huevos.

Elaboración: Usamos una cazuela baja en cuyo fondo vertemos aceite, en el que freímos dos rebanadas de pan del día anterior y un par de ajos enteros. Una vez que estén dorados los sacamos y volcamos en un mortero donde ya hemos puesto un fondo de sal, una pizca de pimienta molida, pimentón, cominos y un chorrito de vinagre, y mientras se rehogan en la cazuela unas cebolletas picadas machacamos el pan y los ajos con las especias hasta lograr una masa uniforme, que dejaremos aparte para atender la cazuela, donde una vez rehogadas las cebollas pondremos los espárragos, ya limpios y cortadas las partes duras de los tallos, dejamos cocer. Esta primera fase es fundamental, pues es la que le va a dar la esencia a este plato, definido por el aroma y el sabor del esparragao. A continuación echamos vino blanco y esperamos su evaporación para cubrir los espárragos con caldo de verdura o agua, es el momento de volcar el contenido del mortero, al que previamente habremos echado un poco de agua para diluir la masa, y ya en la cazuela rectificamos de sal y cominos. Lentamente el guiso va cociéndose, si bien antes de llegar a su punto distribuiremos dos o tres huevos entre los espárragos, tapamos la cazuela y quitamos el fuego. En cinco minutos tenéis el plato terminado.

En la mesa: Los espárragos esparragos resulta un primer plato fuerte, para comer con cuchara y pan para el moje. Al ser además una comida sustanciosa por la variedad de especias usadas en su condimentación, conviene no cargar demasiado las dosis de éstas, pues perderíamos el sabor generoso y agreste de unos espléndidos espárragos.

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More

 
Design by Free WordPress Themes | Bloggerized by Lasantha - Premium Blogger Themes | JCpenney Printable Coupons